Por Belén López.
El primer día de la semana, nos reunimos todos en la sala de grupos grandes del instituto de Montemor, para que la profesora encargada, Ana Luz, y el director, Vitor Jacinto, nos dieran la bienvenida y nos presentaran el programa. Más tarde hicimos las actividades “ice-breaking” y después, en diferentes grupos internacionales, visitamos de forma separada distintos sitios de los alrededores.
A mí grupo le tocó visitar una bodega en la que estuvimos
embotellando cajas de vino y viendo el proceso por el cual pasaba el vino antes
de llegar a nuestros hogares. Esta fábrica nos resultó muy interesante, era muy
grande y había también grandes maquinarias por las que pasaban las
botellas. Tuvimos la oportunidad de embotellar unas cuantas cajas e ir colocando
botellas para que pasaran por una cinta y se llenaran de vino. Anteriormente
estuvimos viendo una finca grandísima en la que practicaban el injerto, que se
trata de un proceso en el que juntan dos partes diferentes de la viña (son de
diferentes tipos).
Tenía diferentes zonas, la primera zona que vimos fue en la que cortan los sarmientos de la vid, en las que había mujeres cortando palos a una medida igual para todas y cortándoles lo sobrante. La siguiente zona era una máquina no muy grande donde tenías que ir echando las ramas para que se terminaran de limpiar y quitarles los restos que le habían quedado y no pueden quitar las personas y, por último, vimos a unas mujeres seleccionando las ramas para ya poder seguir procesando al último paso: el injerto. Estas mujeres estaban sentadas con un cubo muy grande y ahí iban echando las ramas buenas y les iban dando los últimos retoques y detalles cuando llegaban a la punta y veían que ésta estaba marrón; esto significa que era buena, si estaba verde era mala y la tiraban. Ya hechos todos estos pasos el injerto está listo y se tiene que almacenar en unas naves frigoríficas donde cubren la parte superior de las ramas con parafina para que se mantenga siempre en buen estado.
Tenía diferentes zonas, la primera zona que vimos fue en la que cortan los sarmientos de la vid, en las que había mujeres cortando palos a una medida igual para todas y cortándoles lo sobrante. La siguiente zona era una máquina no muy grande donde tenías que ir echando las ramas para que se terminaran de limpiar y quitarles los restos que le habían quedado y no pueden quitar las personas y, por último, vimos a unas mujeres seleccionando las ramas para ya poder seguir procesando al último paso: el injerto. Estas mujeres estaban sentadas con un cubo muy grande y ahí iban echando las ramas buenas y les iban dando los últimos retoques y detalles cuando llegaban a la punta y veían que ésta estaba marrón; esto significa que era buena, si estaba verde era mala y la tiraban. Ya hechos todos estos pasos el injerto está listo y se tiene que almacenar en unas naves frigoríficas donde cubren la parte superior de las ramas con parafina para que se mantenga siempre en buen estado.
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