Una mañana que comenzaba a las 8.00, después de descansar más de diez horas después del agotador día de ayer. Sobre las 9.00 estábamos en el Instituto para organizar los próximos viajes, y en una aula anexa, los estudiantes organizados en grupos internacionales resumian su experiencia en esta semana en Milazzo.
Siempre es un placer verlos trabajar en grupos internacionales, esas caras de alegría al compartir una misma experiencia y comprobar como se puede empatizar con cualquier nacionalidad y sobre todo, como se puede generar un sentimiento de amistad en tan sólo una semana, si se comparten unos mismos intereses.
Los profesores mientras tanto estábamos preparando las diferentes visitas y los próximos trabajos.
Sobre la 13.00 horas nos hemos venido al hotel donde habíamos reservado tres bicicletas para visitar la piscina de Venus, en la parte más septentrional de la península de Milazzo.
Un paseo de unos 14 kilómetros de ida y vuelta, con un pequeño pic-nic y una buena conversación antes de bajar a la piscina de Venus ha hecho que se nos hiciera de noche, hemos llegado a la habitación sobre las 17.30 con el tiempo justo para darnos una ducha y llegar a las 18.00 horas a la fiesta de despedida en el Instituto Leonardo da Vinci, todos juntos profesores y alumnos hemos tomado una cena preparada por las familias, para terminar a las 20.30 con las despedidas entre todos los integrantes de cada país participante en este proyecto Comenius.
Y ahora en la habitación, donde escribimos estas líneas, esperando que el fin de semana sea tan productivo como lo ha sido el día de hoy.
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